Por: Wilbert Bendezú Carpio *
BREVE APUNTE
Fui, en el APRA, uno de los que no estuvo de acuerdo con el proceso de revocación contra la alcaldesa Susana Villarán y así lo expresé en las instancias correspondientes. No es el momento ni el espacio para repetir los argumentos de esta posición, que en su mayoría ya son conocidos.
Sí sostengo que debemos reformar la institución de la revocación de
autoridades locales o regionales elegidas democráticamente y, aunque sea muy
difícil modificar la Constitución, no creo que sea imposible incorporar algunos
requisitos que impidan un fusilamiento temprano del inquilino de un gobierno
municipal o de uno regional.
Sin embargo, los voceros de mi
partido expresaron el punto de vista de la mayoría de apristas y sostuvieron
con bastante firmeza cada uno de
los argumentos que nos llevaron a respaldar la revocación de la alcaldesa de
Lima Metropolitana, que tampoco repetiré en esta apretada síntesis. Solo
diré que cuando el APRA asumió el SÍ por la revocación, preferí guardar
silencio y envolverme en la disciplina del partido. Marqué 39 veces SÍ y,
desoyendo la acerada y drástica orden de mi movimiento político, tracé un
cómplice NO por Fernán Altuve.
Aunque todavía no conocemos el
resultado de este proceso de revocación, que probablemente sea la permanencia
de la señora alcaldesa Susana Villarán y el despido de la totalidad de sus
regidores (léase Fuerza Social), me parece oportuno tratar un tema que en otros
tiempos, quizás, debería escudriñarse detrás de las impenetrables paredes de
los locales de mi partido.
Hay temas que por su
trascendencia llegan a ser materia de discusión cotidiana y que en un mundo tan
globalizado y comunicado como el nuestro, es necesario tratar sin tapujos no
solo en el interior de un partido sino también con toda la opinión pública.
Pienso que una condición para
la sobrevivencia de los partidos es que dejen de lado los tramposos padrones, se
abran a la sociedad y propicien las elecciones primarias, que son una avanzada
expresión de democracia interna que se está consolidando en la mayoría de los países.
Una modificación de la Ley de Partidos Políticos podría ser un buen inicio para
este recambio. (Estamos concluyendo un trabajo sobre las elecciones primarias y
su importancia para la democracia en los partidos políticos en el Perú.)
Trato estos temas electorales que hoy involucran a mi partido político, cuando ya casi va quedando atrás un proceso en el que los espacios de debate se convirtieron en escenarios de mezquindades, pequeñeces, injurias e insultos propios de lo más vil de la miseria humana.
Al estilo de Montesinos,
aparecieron grabaciones ocultas por las que nos enteramos del final que le
esperaba a quien inició esta
revocación: o ser consumido por una bacteria (mediante nuestro plato
bandera) o terminar en el fondo del mar. Así Marco Tulio pasaría a mejor vida.
El jurado electoral dará su
veredicto recién dentro de unos días; mientras tanto, los aliados de la señora
Villarán están en un compás de espera en el municipio, ahora sí, como
inquilinos precarios, antes de ser despedidos.
¿CÓMO DEBE ENFRENTAR EL APRA SU FUTURO ELECTORAL?
La primera decisión que debemos tomar como partido es si vamos a presentar candidatos propios a la convocatoria electoral inmediata para reemplazar a los regidores vacados. Es crucial definir nuestra presencia y ver cuánto podemos arañar de ese 49% de molestos ciudadanos (con la alcaldesa) de Lima y de ese 52% que ha despachado a sus casas a sus regidores. ¿Iremos solos? o seremos comparsa de algún grupo afín. Esa es la gran cuestión, al decir de Lenin.
En este escenario, la responsabilidad del aprismo es mayor pues tiene ante sí una ruta electoral muy complicada, aunque se puede llegar a buen puerto... si se enfrenta con tiempo. Hoy estamos tratando este tema con empeño en el CEN del APRA. De ahí que los lineamientos de política municipal tienden a fortalecer la organización y promover la presencia juvenil en las listas de candidatos a los gobiernos municipales y regionales. Se trata de encontrar un plan municipal que nos acerque al votante, tan esquivo con el aprismo en las elecciones municipales.
Esta nota se dirige,
fundamentalmente, a llamar la atención sobre la trascendencia del proceso de elección
de alcaldes y regidores municipales, y a no descuidarlo, para que no se repita lo
que pasó con el aprismo en las elecciones municipales de 2010. Es un asunto
neurálgico (vivido en carne propia) y hay que encararlo desde hoy.
Además --es bueno recordarlo--,
este proceso electoral municipal (tan cercano) está muy entrelazado con el de 2014,
que a su vez es un anticipo de las elecciones presidenciales de 2016. Como debemos
afrontar este tema más temprano que tarde, quizás sea bueno --hoy ya no es
ningún secreto-- contar los sinsabores y momentos cruciales que vivimos en el
proceso electoral de 2010, cuando tenía bajo mi responsabilidad la secretaría
general política del partido.
UN ERROR QUE NO DEBEMOS VOLVER A COMETER
Recuerdo mucho que cuando debimos elegir a nuestro candidato a la alcaldía de Lima Metropolitana para el proceso electoral de 2010, estuvimos reunidos con la Comisión Política hasta las 11:45 de la noche del día en que se vencía el plazo establecido por la ley para presentar candidato; solo nos quedaban 15 minutos.
No logramos ningún acuerdo y
decidimos marcharnos presurosos al local central del APRA, donde una enardecida
Convención Metropolitana de Lima nos esperaba y pedía elegir candidato.
En esas circunstancias tan
adversas y difíciles, la Convención Metropolitana designó a Carlos Roca, un
aprista de convicciones acendradas. Él aceptó esa gran responsabilidad con la
convicción y la fuerza de los que saben asumir un reto en las horas difíciles.
Al poco tiempo el partido retiró su candidatura y nuestros representantes (léase
candidatos municipales) en los distritos quedaron a la deriva. Todo lo demás es
historia conocida.
Esto no debe repetirse en el
partido de Haya de la Torre. Las decisiones se deben tomar con tiempo
suficiente. Una campaña electoral, lo sabemos quienes hemos estado en muchas de
ellas, no se improvisa; se va construyendo poco a poco. Estas lides se hacen en
torno a una persona (candidato) y los planes (cuando se debaten ideas) marcan,
en definitiva, la ruta que debe recorrer un partido que de verdad quiere competir
y ganar un proceso electoral.
Para evitar que esto se repita,
llamo desde aquí la atención del aprismo en general. No debemos repetir estos
errores, no debemos improvisar y menos esperar el último momento.
Tenemos cuadros y hasta ahora
tiempo... y esto debe jugar a nuestro favor para enfrentar con éxito las futuras
elecciones; la de los regidores que ya está cerca y, obviamente, la de 2014.
Pese a los improperios de sus
enemigos, el APRA es un movimiento capaz de remontar circunstancias adversas y
difíciles.
En reiteradas oportunidades de
su historia, estos enemigos declararon sus funerales, pero casi todos estos
sepultureros están hoy bajo tierra.
Hemos sobrevivido a
peripecias, algunos nos quieren empequeñecer, pero pese a ello siempre estamos
presentes en la agenda nacional.
Recuerdo cómo en la década de
los 1990, cuando parecía que la dictadura de Fujimori y Montesinos nos reducía
a lo más insignificante, apareció de lo más profundo y místico de nuestra
herencia, la fuerza heroica de un partido que, pese a lo que se diga, siempre está
presente. Señal de que Víctor Raúl nos acompaña.
*Actualmente es el Sub-Secretario General Político del APRA.
*Actualmente es el Sub-Secretario General Político del APRA.